Mirador
periodístico dominicano
Escrito por LGP/Diario
Digital /PNS Noticias.Com
El periodista
narcisista. Es el comunicador
insípido que se cree mejor que el resto de sus compañeros, se vanagloria de
haber estudiado en las mejores Escuelas de Comunicación, o de ser egresado
universitario, aún tenga que plagiar sus discutidas asignaturas
En esa corriente cuento con muchos amigos y
conocidos. Pero quiero destacar el caso de dos colegas santiagueros o
santiaguenses, como el amigo lector le plazca mejor llamarlos, el gentilicio
encaja de ambos lados.
El micrófono le sirve de espejo |
El primero de estos colegas es empírico, pero
muy trabajado, ha faenado en diversos medios, desde la radio, a la prensa
escrita y de allí al salto del periodismo televisivo. Es un verdadero corre
caminos y sus mejores experiencias las cultivó en el exterior.
Este personaje es típico de una sociedad subdesarrollada como es
la nuestra, ha tenido que morder duramente la ausencia de la amistad, la
solidaridad periodística, y el desprecio del colectivo local.
Pero no se tranza ni se amilana, aún siendo
setentón, sigue la lucha del titán, sigue buscando fortunas en un desvencijado
mercado publicitario cada vez más deprimido y frente a comerciantes y
empresarios tacaños y sin una pizca de cultura de inversión, lo que todavía
dificulta aún más la iniciativa de “buscarse, 15,20, 30 o 50 mil pesos “, al mes para completar la dieta con la “chilata”
que viene del otro lado.
El colega en cuestión es presumido, altanero
y vocinglero, cuando de discutir el futuro mediato se trata. Es de los que gusta difundir su estilo de vestir, como si se
tratara de un cliente selecto de los
grandes modistos neoyorquinos. A veces le escucho con paciencia y pienso…que le
ocurrirá a este colega, cuando se le ponga viejo el ropero que ahora exhibe con
tanta vehemencia.
Hasta llega olvidar que este escribidor
adquirió una ropita en la misma tienda del centro de Manhattan en Nueva York,
hace algunos años, por cierto, pero que debido a que la usamos poco, luce como
nueva y con su brillo de las tramerías.
Finalmente, tengo que reconocer, que el
colega a quien nos referimos en esta primera parte, es un cuidadoso de su
estilo, aunque a veces exagera cuando promueve sus prendas de vestir y peor aún
cuando exhibe vestimentas que parecen
salidas de ultratumba, y como para mantener su glamour no deja de usar su “
make”, del que asegura, que si las mujeres lo usan y lucen bien, porqué él que
es un verdadero “Megadivo del periodismo y el mercadeo”, no lo puede usar.
Creo que en eso tiene razón, porque como dice
el refrán popular, amemos y tratemos a cada loco con su tema.
Así se te percibe con la tijera en las manos |
El segundo narcisista de esta crónica. Es un
periodista joven, egresado de una Escuela de Periodismo en una Universidad local, con un ímpetu
arrollador, apenas, si cabe en la ropa
que viste como exhibicionista.
No goza de simpatías entre sus colegas y vive
muy aislado de la sociedad que le ha tocado vivir, porque no practica ni conoce
lo significa la empatía. Como todo narcisista se cree el mejor de su promoción
y trata a los periodistas de la vieja guardia como si fueran trapos de ollas
inservibles, busca distinguirse del resto de los colegas haciendo un “periodismo
de barricada”, al que él, entiende es el mejor periodismo político del entorno
provincial.
El colega de referencia forcejeó duramente
durante la última campaña electoral dominicana por sustituir el Speaker de
Santiago de los Caballeros de uno de los partidos políticos mayoritarios, pero
no pudo, su interlocutor tiene experiencia política y credibilidad dentro del politburó
oposicionista.
Batalló también el bisoño reportero, que
ahora se desempeña como productor de TV, por desacreditar a un sector de
periodistas militantes y al servicio del
partido de Gobierno, pero tampoco pudo, al final, los adversarios lo arrinconaron
y lo derrotaron, estos últimos tienen el control del CDP-Santiago.
El sistema político dominicano acostumbra a
apadrinar la corriente periodística
narcisista en crecimiento, porque de esa manera los hacen prisioneros de sus
causas, aunque éstas no respondan ni satisfagan las demandas populares del
periodismo comunitario y en cambio, el
periodismo de “ barricada” imponga sus debilidades y defectos de fondo, antes las virtudes y sacrificios del periodismo
comunitario, que es en definitiva, el que sirve a la ciudadanía como medio de
comunicación efectivo y forjador de una opinión pública sana.@
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