La
Metralleta de Don Godo plantea cruzada cÃvica y moralizadora
Editor Luis Godofredo
Pichardo
Una Cruza
cÃvica y moralista. El pueblo
dominicano tiene que emprender una jornada de protestas pacÃficas que conduzca
a la moralidad del ejercicio polÃtico en la República Dominicana.
No es posible ni sensato seguir soportando el
abuso de poder y el latrocinio público, de los bienes de la sociedad dominicana. Hay
denuncias creÃbles y sustentables que proceden de estamentos informativos que
no sólo tienen credibilidad, sino asideros legales y documentaciones
sustentables.
aboguemos por una sociedad moral y civilizada |
Es verdad que estamos sumergidos en una
campaña electoral que ha entrado en su recta final de los últimos 90 dÃas y que los contendientes
que aspiran a la presidencia de la República utilizan medios y metodologÃas que
enrarecen el ambiente electoral, y que los polÃticos llaman por su nombre y sin
reparo:
“campaña sucia”, pero en el fondo, no existe tal suciedad, sino el develamiento
de actos reñidos con la ley, la moralidad y las buenas costumbres de la
sociedad dominicana.
Denunciar que funcionarios del Gobierno
poseen cuentas multimillonarias en bancos extranjeros, o apoyarse en una
Fundación globalizante para hacerse ricos ilÃcitamente no es calumniar ni
difamar, por el contrario, es un acto de responsabilidad de quiénes se atreven
hacer las denuncias y enfrentar a los corruptos.
Es un secreto a voces, el que los dirigentes de los partidos polÃticos
tradicionales son corruptos y promueven la corrupción, como cultura. Y esa tendencia maligna, se debe a que los partidos polÃticos
tradicionales han entrado en una crisis institucional de la cuál, difÃcilmente se sobrepondrán. Ni los electores
tradicionales, ni la ciudadanÃa, cree o
tiene fe en las promesas de los polÃticos, ni en los programas de gobierno que
éstos proponen en sus plataformas de futuros gobiernos.
La
corrupción permea la corporación del Estado. Recientemente se levantan
algunas voces aisladas para reconfirmar lo que ya era un hecho tangible.
Aseguran algunas personalidades de la vida nacional, que los dominicanos estamos viviendo una “Dictadura
constitucional”, es cierto, pero no comenzó a principios del 2012, como quieren hacerlo aparentar algunos comentaristas. Arrancó el
mismo dÃa en que se juramentó el presidente Leonel Fernández, el 16 de agosto
del 2008.
Ya para esa época, contaba con la mayorÃa senatorial
en ambas Cámaras Legislativas.
Y poco a poco, con un plan bien diseñado y elaborado desde la
misma presidencia de la República, se salió a buscar el resto de los poderes
con que se maneja el Estado, en un nivel unipartidista,.
Ya el Ejecutivo presidencial contaba con los tres poderes principales, El Poder Ejecutivo, que lo ganó en las elecciones geenerales, el Legislativo, porque su partido ganó la mayorÃa de las bancas senatoriales, y el Poder Judicial que estaba cautivo del Gobierno. Esa posición filosófica y aventurera, la conquistó el Partido de Gobierno sin ningún esfuerzo, puesto que contaba con la maquinaria principal, como lo es la persuasión a través de la corrupción, y se compraron conciencias, y se doblegaron voluntades en tal cantidad, que actualmente, todos los poderes del Estado están de un solo lado, a favor del Gobierno, y con razón se habla de una “dictadura constitucional”.
Ya el Ejecutivo presidencial contaba con los tres poderes principales, El Poder Ejecutivo, que lo ganó en las elecciones geenerales, el Legislativo, porque su partido ganó la mayorÃa de las bancas senatoriales, y el Poder Judicial que estaba cautivo del Gobierno. Esa posición filosófica y aventurera, la conquistó el Partido de Gobierno sin ningún esfuerzo, puesto que contaba con la maquinaria principal, como lo es la persuasión a través de la corrupción, y se compraron conciencias, y se doblegaron voluntades en tal cantidad, que actualmente, todos los poderes del Estado están de un solo lado, a favor del Gobierno, y con razón se habla de una “dictadura constitucional”.
Denuncias que
duelen y comprometen. Como son: la que colocan
a la primera dama de la República con una supuesta cuenta en un banco de
Dinamarca con más de 40 millones de euros. La de una joven empleada palaciega
con un salario de 20.000 y con cuentas abiertas en bancos capitalinos por encima de
25 millones de pesos y 162 mil dólares.
La de un empleado colaborador del
Presidente Fernández, que posee varias
tarjetas de crédito con fondos que oscilan entre los 90 mil dólares y algo más, según denuncias de El Siglo21Com, y su única responsabilidad es la de pagar comidas y francachelas, en restaurantes nacionales y extranjeros, y compras de
lujo en tiendas de moda de la capital dominicana y el exterior. Asà como
costear vacaciones a paÃses europeos y otros lugares de esparcimiento. Una de
estas tarjetas la paga la PolicÃa Nacional, al parecer en agradecimiento al Poder Ejecutivo por algún favor o servicio prestado a la institución del orden público.
La de un
Consorcio turÃstico que emitió
cheques sin fondos por 3.500 millones de pesos.
La cuenta del Secretario de Obras Públicas
que mueve millones de pesos mensuales a discreción sin que los auditores de de su cartera tenga
control ni intervención.
Las sobre valuaciones a las obras públicas
realizadas por el Gobierno, como las carreteras Santo Domingo-Samaná, RÃo
Constanza-Jarabacoa., y decenas de obras más que enriquecen ilÃcitamente a funcionarios del Estado.
Como propone esta imagen necesitamos una ética nueva y diferente |
Esta descomposición social tiene que
detenerse ya, y sólo una Cruzada moralista, pacÃfica, y civilista puede detenerla,
en ella deben participar todos los estamentos decentes de la vida nacional, las
Iglesias, los sindicatos, las organizaciones privadas y sobre todo, la
ciudadanÃa en general, donde hay tantos hombres, mujeres, y jóvenes decentes que están disponibles para luchar por una mejor sociedad y por un futuro más esperanzador
Si no moralizamos ahora, en el futuro no
habrás razonamientos lógicos que nos
permitan externar nuestras quejas. ( PNS).@
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