La política migratoria dominicana, carece de un código patriótico nacionalista. No es justo que el dominicano que trabaja y paga impuestos tenga que financiar las necesidades de los extranjeros en RD.
Los inmigrantes extranjeros que vienen a RD, lo hacen por mutuo propio, nadie le pide que vengan, pero tampoco nadie le pide que se vayan.
El legajo legislativo que norma la inmigración en RD, es como un barco sin capitán, pues nadie lo toma en serio, y solo sirve para arrancarle el dinero a los trabadores criollos, que pagan religiosamente sus impuestos al Fisco Nacional.
La política de fideicomiso, hotelería, playas, montañas y sol, es atractiva a los ojos de los inversionistas criollos y extranjeros, pues los que tienen el dinero, lo invierten, pero no dinero de su peculio, es dinero de los bancos que ellos toman, lo reinvierten, devuelven el capital y se embolsillan las ganancias.
Antes una situación calamitosa como la que presentamos que puede hacerse si el propio Estado dominicano que la fomenta y la mantiene a salvo, alegando que produce una economía estable, modelo de la zona del Caribe y Latinoamérica.
Nota Editorial de PNS-Yotube: Titulada: El turismo dominicano es un barril sin fondo, pero una promesa económica esperanzadora y plantea diversos desafíos, tanto fuera como dentro del escenario donde se cuecen las Havas, que bien condimentadas, producen un alimento exquisito. (PNS)* Luis G. Pichardo, director ejecutivo, de PNS-Yotube-2023
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