Por Luis Godofredo Pichardo/Editor del Servicio
Panamericano de Noticias
Leonel Fernández ofrece discurso lapidario
La pieza oratoria
con la que se dirigió al país el ex presidente Dr. Leonel Fernández Reyna,
pareció más bien una despedida de membrecía del Partido de la Liberación
Dominicana ( PLD) que el de un político que busca una salida al acorralamiento
que él mismo se ha gestionado en el seno de la organización oficialista que lo
encumbró al poder.
La primera
debilidad de la pieza oratoria, un discurso rebuscado y muy sofisticado en
materia de datos, fechas y acontecimientos que ya ha vivido el ex mandatario en sus gestiones administrativas
gubernamentales. Tres períodos presidenciales son demasiado tiempo para
demostrar si un presidente es un buen
estadista, excelente gobernante, o si es un títere, un villano, o un demagogo,
el último calificativo es el que aplica al Dr. LFR.
Un presidente, dos liderazgos y mucha discordia. |
Se llegó a establecer en documentos legales y
auténticos que parte del capital inicial de Fundaglove salió del bolsillo de
los contratistas y beneficiarios del clientelismo palaciego. Si es así, merece por ese delito solamente, unos cuantos metrallazos.
La demagogia es un
expediente indignante
Cuando el ex
presidente de la República y presidente del PLD dijo en su discurso del pasado
lunes 25 de mayo que no rechazaba la
reforma constitucional por la que se pelean la claque mayor del PLD, no era por
un interés personal, sino patriótico y que no tenía la intención de sabotear el
movimiento reeleccionista, porque en el transcurso de su vida política de 42
años, nunca se había inclinado por intereses personales y que sus compañeros
conocían de sus desprendimientos y entrega partidaria.
Toda esta parte
del discurso era pura demagogia y mentira, pues al revés, siempre ha luchado
tenazmente por conseguir sus metas y propósitos, pero además sacó las garras y
dejó entrever claramente, que quiénes se les oponen tienen que atenerse a las
consecuencias, siguiendo con detenimiento, los gestos, la amargura y el
desamparo con que se le veía frente a las cámaras de la televisión, se puede
colegir, que tiene heridas profundas y quejas a granel. Eso sí, a partir del
lunes 25 de mayo, el Dr. Fernández Reyna sabe y está consciente de que no tiene
un liderazgo mayoritario dentro del PLD, y si le queda algo de su antiguo
dominio, que lo agarre bien apretado, porque los caballos de Troya vienen sobre
él.
Bosch y Balaguer el esbozo
de la epopeya lionelista
Nadie que haya
seguido de cerca el acontecer político dominicano puede subrayar el liderazgo político de los caudillos
dominicanos del siglo pasado, y el ex presidente Fernández es un admirador y
seguidor de Joaquín Balaguer y discípulo beneficiario de Juan Bosch. Entre los
caudillos más destacados del siglo XX hay que destacar las figuras de Joaquín
Amparo Balaguer y de Juan Bosch y
Gaviño, ambos nacido y criado en República Dominicana. Pero con descendencia paterna puertorriqueña.
También la de Horacio Vásquez, y Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Tres caudillos del siglo XX que cada uno llenó sus expectativas.Balaguer, Bosch y Peña Gómez |
Balaguer, de
un estudiante brillante y cultivado pasó
un a literato universal. Como
gobernante con muchas sombras y pocas luces, por adhesión, simpatía, u
obligatoriedad fue un servil de la Era de Trujillo. Primero era escribidor y
orador de la dictadura trujillista, sus loas todavía se leen en algunos libros
dominicanos de alabanza al régimen de Rafael Leónidas Trujillo Molina, incluso
en obras literarias que escribió el ex
presidente Balaguer, dando testimonios y reconocimiento al Generalísimo.
Como gobernante, Balaguer es un personaje difícil de valorar y
analizar en su obra de Gobierno, pues
en su época se realizaron obras públicas
que aún perduran y son útiles a la sociedad, pero se cometieron crímenes
masivos que diezmaron a la juventud dominicana; encarcelamientos injustos, deportaciones
abusivas y el régimen, más se identificaba como una dictadura, que como una democracia.
Por su parte el
caudillismo político de Juan Bosch era
diferente. Su liderazgo se construyó en base a un idealismo democrático y
libertario. Bosch, un escritor de profundas raíces sociales se identificó
siempre con las grandes mayorías, aunque su pensamiento político a veces
pareciera trastocado. Por ejemplo, cuando asume el control del gobierno en 1963
con los votos de los trujillistas, que eran la inmensa mayoría dominicanas, se
separó de sus ideales y prédicas y pidió a sus íntimos colaboradores que le
alejaran de las masas perredeístas, es decir, de los votantes trujillistas, que les dieron el triunfo en las urnas y esa
actitud en parte le costó perder el ejercicio del poder y tenerse que exiliar
de nuevo en Puerto Rico a los siete meses de ser presidente.
Leonel
Fernández aspira a ser un caudillo, pero
no tiene agallas
El caso del Dr, Fernández
Reyna, es penoso y desde el punto de vista histórico un fracaso, porque después
de gobernar tres veces consecutivos por un período de 12 años con el respaldo
del PLD, ahora es rechazado por las altas instancias de esa organización, y termina de perder un liderazgo subterráneo
que aparentaba tener y al sacar las uñas, como las sacó en su última alocución,
termina de enterrarse políticamente, a menos que no surja un fenómeno atípico e
inesperado, su prestigio y liderazgo
zozobró y como se dice en el argot popular le echó demasiado jabón al sancocho.
Se habla de la
posibilidad de un acuerdo de reconciliación y promesas políticas futuras, pero
ningún documento redactado ahora, aunque sea de buena fe, va a recomponer el
liderazgo compartido que existía en el PLD entre Danilo Medina y el ex presidente.
Leonel tiene que hilar fino en lo adelante, si desea brillar al lado de la
estrella peledeísta.
Su creencia de poseer un liderazgo y
empoderamiento es irreal, la solidaridad
mediática senatorial comenzó a desaparecer, y hay una estampida de amigos y recipientes. El discurso condujo al Dr. Fernández a la peor
posición política que haya registrado en su carrera de cuatro décadas. No es
igual ser presidente, a ser titular como ex presidente, el primero, tiene el mando, el segundo el favoritismo.
Comparar al
presidente Danilo Medina con el Trujillo del siglo XXI, le costará muy caro al Dr. Fernández Reyna, en sus aspiraciones futuras, porque la
obnubilación y obstinación no les permiten al ex presidente entender que el
liderazgo peledeísta pasó de manos y ahora está en la gerencia presidencial.@
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