Ventana católica. La Iglesia
enfrenta nueva rebelión conservadora…o
sólo se busca aclarar posiciones…encontradas…
Benedicto XVI ordena retirar firma y foto de nuevo libro
publicado. Parece que surge una nueva
polémica en el seno del Vaticano, que la encabeza el ex papa Benedicto XVI.
A raíz de la culminación del
Sínodo de la Amazonía, donde se discutió abierta y profundamente el tema del Celibato,
y la posibilidad de aceptar a hombres casados para que pudieran ejercer el Ministerio
de celebrar la Homilía, al mismo nivel que los sacerdotes ordenados, surgió la
discusión entre conservadores y liberales.
En el caso de Benedicto XVI su posición es clara, antes y después de su reinado pontificio, en relación al Celibato. El Papa renunciante
cree abiertamente y defiende la tradición del Celibato, como una consagración a
la Iglesia y como un mandato divino del sacerdocio.
Benedicto no acepta reformar
las reglas actuales del Celibato. En cambio, muchos de los cardenales que
asistieron al cónclave de la Amazonía sí postulan la necesidad de las reformas
que lleva a cabo el papa Francisco, que pondera la necesidad de ordenar nuevos
ministros de la Iglesia, aunque éstos no sean consagrados.
El Papa actual, estudia
la posibilidad de ordenar a hombres casados, en la región amazónica, por la falta de sacerdotes que cubre todo el
perímetro de la Iglesia universal. Francisco cree además que se debe posesionar
a la mujer en algunas posiciones de responsabilidad de la Iglesia, los
conservadores rechazan ese lineamiento.
Mario
Jorge Bergoglio (papa Francisco) es un
sacerdote pragmático y no le teme a las críticas internas o foráneas. Y sigue su proceso de reformas que tanto
necesita la Iglesia a pesar de las trabas que conservadoras, que obstaculizan
su trabajo.
La Iglesia católica ha sido estremecida por escándalos
tras escándalos.
Desde mediado de las décadas
de los setenta, ochenta y noventa comenzó un rosario de quejas sobre los depredadores sexuales (pederastas) sin que
la jerarquía se tomara la molestia de hacer caso a las denuncias públicas.
Fue necesario, que comenzara una cadena de demandas
millonarias a las Diócesis locales para que hubiera una reacción en el
Vaticano. Al parecer, el liderazgo católico
conocía de antemano esas prácticas aberrantes, pero nunca la denunció, no la
castigó, pero sí la encubrió.
No es casual, la postura de
Benedicto XVI, es uno de los pilares del conservadurismo vaticano y cuando se
opone a una reforma de un Celibato obligatorio, es parte de la filosofía de la
Iglesia del siglo XX.
Ni Benedicto, ni el resto de
los jerarcas eclesiásticos quieren darse cuenta que el mundo de hoy quiere una
Iglesia verdaderamente itinerante, santificantes, caritativa y con
credibilidad.
Si los católicos y la
Iglesia deseamos seguir conservando la
matrícula de más de mil millones de creyentes y seguidores de la doctrina
católica, es necesario aceptar los
cambios y ajustar los parámetros a la necesidad del momento. (PNS
Noticias.Com).
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