Burbujas Católicas en la Metralleta de Don Godo

La Metralleta de Don Godo

Por Luis Godofredo Pichardo/Editor Servicio Panamericano de Noticias

Burbujas católicas

No quiere la visa USA, pero si las donaciones

Ellos : James Brewster  y su pareja tienen todo el derecho a la privacidad y al respeto

Fuego cruzado para el Cardenal LR. Es un atrevimiento y abuso de autoridad eclesial, el insulto que hace Nicolás de Jesús López Rodríguez, al embajador de los Estados Unidos, James (Wall) Brewster, con todo el respeto que nos merece el Cardenal, no es posible que un purpurado de la Iglesia utilice ese lenguaje soez contra un dignatario extranjero. ~Me pregunto, que le importa al jefe de la Iglesia católica dominicana, si Wally es esposa o marido, ese es asunto privado de esa pareja

La condición fundamental del hombre es la libertad y el respeto a sus derechos fundamentales. El Cardenal dominicano yerra, cuando se entromete en la vida privada del diplomático norteamericano y su pareja sentimental. López Rodríguez  critica al embajador, porque éste  ha dicho que todos los corruptos y los que no estén de acuerdo con la política exterior estadounidense debe entregar la visa de Estados Unidos. Ese es el  punto de vista del diplomático que hay que respetar, RD puede hacer lo mismo,  con el visado a los extranjeros que residen en el país. Lo que no critica López Rodríguez, son las donaciones, exoneraciones y otras prebendas que provienen de las aduanas norteamericanas, de las instituciones del gobierno federal y otras instituciones caritativas.

La Iglesia Católica recibe muchas donaciones

Las donaciones a la Iglesia Católica. Ese tipo de ayuda, dádivas, peticiones de ayuda,  y solicitud de visas, es un recurso y  ejercicio que  hacen las diócesis y algunas iglesias locales en particular, la   iglesia católica dominicana no es una excepción, como no lo son tampoco las otras denominaciones religiosas. . Ahora de ahí,  a que la Iglesia católica o cualquier otra se convierta en cómplice de la corrupción de un Estado o gobiernos es otra cosa, como ocurre con la alta jerarquía de la Iglesia dominicana.

Los lenguas largas afirman que el Estado dominicano construyó una mansión al Cardenal valorada en más de de 80 millones de pesos, pero esa prebenda  es parte de una cadena de privilegios al purpurado principal, hay otras contribuciones que no han salido a flotar... Las Diócesis que pertenecen a la Conferencia del Episcopado Dominicano, que aglutina a todos los Obispos, solicitan y reciben ayuda del gobierno central, de los municipios del país y de instituciones caritativas. Pero eso no es noticia nueva ni  debe  extrañarnos, la mayoría del conglomerado eclesial en el mundo vive de las donaciones y contribuciones de los laicos.

Estando este columnista escribidor en la Catedral de Santiago Apóstol, asistiendo a una eucaristía conmemorativa, el celebrante informó con gozo que parte de la remodelación del templo quinto centenario era gracias a las donaciones que había hecho el Alcalde de Santiago, doctor Gilberto Serulle, que en esa época se elevaba a 52 millones de pesos, y felicitó al incumbente municipal, sin mencionar a los contribuyentes al fisco municipal o estatal que en definitiva son los verdaderos donantes, porque a nivel personal, dudo que el turco que gobierna a Santiago sea capaz de donar 500 pesos de sus bolsillos.

Lo que  no comenta el Cardenal. López Rodríguez que es un activista político solapado,  debía dar  mayor seguimiento a la agenda del papa Francisco. Estimular las reformas que el Santo Padre trata de introducir en la Iglesia y ordenar a sus subordinados que encaren la realidad de los nuevos tiempos que enfrenta el catolicismo en el mundo, y que abran las puertas de las iglesias a los laicos activos y que haya mejor comunicación e interacción entre Iglesia y fieles.

  No he escuchado a López Rodríguez, elevar una plegaria a Dios por los cristianos perseguidos, los asesinados y por el éxodo migratorio que produce la situación explosiva en el Medio Oriente.

Tampoco se ha pronunciado contra los sacerdotes pedófilos, hay demasiados perversos que se cubren bajo la sotana y el cuidado de la superioridad eclesiástica universal y no hablo de  un sacerdote común y corriente,  que se desenvuelve precariamente dentro de la institución. Hablemos de cardenales, arzobispos y obispos que han sido sorprendidos infraganti con las pruebas de homosexualismo, de pederastas y de otros vicios lacerantes, y todo queda en la impunidad.

Sólo Benedicto XVI y el papa Francisco se han atrevido a denunciar la corrupción, el despilfarro y la perversidad que hay debajo del techo de nuestra Iglesia católica. Es bueno recordar a López Rodríguez, que Jesucristo predicó una doctrina diferente a la suya, y muy humanitaria por demás, contrario a lo que refleja la gestión del Cardenal López Rodríguez.@