Nota Editorial de PNS
Es tiempo oportuno para unir voluntades y multiplicar esfuerzos para buscar la paz en Ucrania.
En una guerra fratricida cada bando pierde por igual, aunque aparente lo contrario.
Posiblemente que el más fuerte celebre la derrota del más débil, pero las heridas y las pérdidas humanas y materiales quedan intactas de ambas partes. Ningún bando va a quedar sin bajas humanas y pérdidas materiales.
En el caso de Rusia que es el país invasor no podrá evadir el rechazo universal a la presente iniciativa. Su primera derrota es moral, y es peor que la algarabía que pueda suscitar una victoria supremacista sobre una nación vecina que no provocó el presente conflicto bélico.
Rusia tendrá pérdidas materiales innumerables, su economía irá a la quiebra y la inversión de su guerra, el costo lo pagarán los rusos que rechazan esta guerra agresiva, abusiva, e injustificada.
La frialdad y pasividad de la diplomacia internacional tiene que cambiar y actuar unida monolíticamente en una acción conjunta que facilite un acuerdo de paz duradero en el que no salga derrotado ni humillado ninguna de las partes involucrada en el conflicto.
Se habla de condena a Rusia y su guerra, de parte de naciones, instituciones y gobernantes, pero la diplomacia tiene sus límites y sólo lo que convergen cerca al conflicto conocen las causas reales de la situación.
Organizaciones como la ONU, la OEA, la Santa Sede y el Papa en Roma, y otras no se pronunciaron desde el principio condenando la invasión, pero actuaron con diligencias temprana para mediar diplomáticamente, aunque no se le escuchó, como el caso del papa Francisco, que hasta visitó la Embajada rusa en Roma, y no pudo comunicarse con Putin, o con el canciller Serguei Lavrov. El mundo necesita paz y debe rechazar la guerra en todas sus dimensiones. ( PNS).
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